"Solo durante el fugaz instante de nuestra
participación con lo absoluto
podemos afirmar que existimos"
- José Vasconcelos (1882/1959) -
(Abogado, político, escritor, educador,
funcionario público y filósofo mexicano).
Hola, ¿cómo estáis?, yo me encuentro en un momento de mi vida en el que le doy mucho valor a la "espiritualidad", a las "energías" y sus confluencias e influencias.
Debido a esto tiendo a fijarme mucho en los "detalles" de lo que acontece a mi alrededor; por ello, no sé si quizás sea yo que al estar predispuesto a estas "fuerzas" veo o relaciono cosas donde no las hay, o por el contrario, se trataría de cosas que pasan habitualmente y que yo antes no era capaz de verlas, o de asociarlas a algo positivo.
Os preguntaréis, ¿a dónde quiere llegar?, pues despejo ya vuestras dudas, y lo voy a hacer con algunos ejemplos de situaciones que me han sucedido últimamente y me han hecho sentir la fuerza de la vida y su belleza en su máximo esplendor, haciéndome con ello sentir bien, en calma y contento durante esos instantes fugaces pero reales que experimentaba ante mis ojos.
Comienzo ya:
- Hace unos días salí a hacer deporte, soy aficionado al running, pues bien, al pasar cerca de un parque, de repente una ardilla cruzó corriendo por delante de mí en dirección a un árbol, hasta ahí todo normal, mi sorpresa vino cuando en lugar de subirse a ese árbol comenzó a acompañarme en mi carrera, en paralelo a mí, corriendo a mi lado durante unos maravillosos 20 metros aproximadamente, ¡estuvo corriendo conmigo!, un "instante fugaz" pero para mí inolvidable.
- Otro día, regresaba de mi trabajo a casa conduciendo mi coche por la autovía, era un día de tormentas, otro "instante fugaz" viví durante unos minutos, pues en un momento, mirando a mi izquierda por la ventanilla del vehículo comprobé que el cielo estaba oscuro totalmente y comenzaron a caer rayos en la distancia. A mi derecha sucedía lo mismo, pero cuál fue mi sorpresa cuando en la dirección en la que yo iba el cielo dibujaba una especie de túnel de luz, despejado, mi sensación era única, ¡qué maravilla!, llovía ligeramente porque a mí en mi marcha me caía solamente el agua de la cola de las tormentas que me rodeaban.
Como os digo, son tan sólo dos instante fugaces que he vivido (hay más) y que yo asocio siempre a algo positivo, como si la vida y las fuerzas de la naturaleza, en esos momentos, estuviesen de mi lado, instantes que me hicieron sentirme seguro y acompañado.
Por todo esto os digo que no dejéis de fijaros en los detalles de lo que sucede a vuestro alrededor, pues algunos de éstos os sorprenderán.
Hace algo más de un año publique una entrada que tiene relación con ésta, a continuación os dejo el enlace por si queréis avanzar un poquito más: