Fortaleza, perseverancia y determinación

Fortaleza, perseverancia y determinación
Mis referentes en el mundo animal. Cada uno domina su medio, sus cualidades distintivas: "La Fortaleza", "La Perseverancia" y "La Determinación".

viernes, 29 de mayo de 2020

LA "CARRERA" DE LA VIDA

    "La Vida es como una carrera de fondo, 
no se trata de ir deprisa sino más 
bien de mantener un ritmo constante"

Juan Ramón (2020)

     Si, ese ritmo constante que te permita regular tu respiración, acompasar y graduar tu energía, esto es: lograr alcanzar ese equilibrio y serenidad necesarios para vivir en paz contigo mismo y con el mundo, consiguiendo cada día irte a la cama sin excesivas preocupaciones, para de esta manera tener un buen descanso y levantarte cada mañana con el ánimo renovado y agradecido de poder disfrutar de un estimulante y nuevo día.

     Ese ritmo constante tan difícil de conseguir, pues como en una carrera de fondo, si en la vida vas deprisa es fácil que te desequilibres, te agotes y sufras una "pájara" de resultados imprevisibles haciendo que tu vida (carrera de fondo) se torne complicada y difícil de sobrellevar. 

     Pues, como en una carrera de fondo, en la vida lo importante no es ser el primero sino antes bien, lo esencial es que seas capaz de finalizarla, de llegar a la "META" satisfecho por haberlo conseguido, saboreando así el éxito de tu superación personal, siendo consciente de que tu dedicación, tu esfuerzo y fortaleza han dado sus frutos, que tu ritmo ha sido el adecuado para ti, el que tú necesitabas

     Si logras esto, habrás alcanzado tu plenitud. Entonces todo esfuerzo, dolor y temor se convertirán en alegría y dicha.

      
     ¡Lo importante!, que seas tú mismo, que hagas "tu carrera" sin compararte con nadie, porque tú eres especial y tus necesidades son especiales, diferentes a las de otras personas. Del mismo modo que tu "ritmo" también es diferente al del resto de tus semejantes.


¡ VIVE Y NO PIERDAS TU RITMO !
 

viernes, 22 de mayo de 2020

EL BUEN GOBERNANTE SEGÚN CONFUCIO

"En un país bien gobernado, la pobreza es algo
de lo que estar avergonzado. En un país mal gobernado,
la riqueza es algo de lo que estar avergonzado"

Confucio

     Confucio (551 a. C. - 479 a. C.) fue un pensador chino cuya doctrina recibe el nombre de confucianismo (sistema filosófico con aplicaciones rituales, morales y religiosas, predicadas por los discípulos y seguidores de Confucio tras su muerte).

     Fue a partir de los 50 años cuando comenzó sus enseñanzas, viajaba solo instruyendo a los contados discípulos que se reunían en torno a él. Su fama como hombre de saber y carácter, con gran veneración hacia las ideas y costumbres tradicionales pronto se propagó por toda China.

          La esencia de sus enseñanzas se condensa en la buena conducta en la vida, el buen gobierno del Estado (caridad, justicia y respeto a la jerarquía), el cuidado de la tradición, el estudio y la meditación.

     Para Confucio las máximas virtudes son: La tolerancia, la bondad, la benevolencia, el amor al prójimo y el respeto a los mayores y antepasados.

     Si el príncipe es virtuoso, los súbditos imitarán su ejemplo, siguiendo el modelo gobernante/súbdito, padre/hijo, etc. Una sociedad próspera sólo se conseguirá si se mantienen estas relaciones en plena armonía.


     La doctrina confuciana se puede resumir en una serie de mandatos que deberían ser los principales deberes de todo hombre de gobierno:

     * Amar al pueblo, renovarlo moralmente y procurarle los medios necesarios para la vida cotidiana.

     * Cultivar la virtud personal y tender sin cesar a la perfección.

     * En la vida privada como en la pública, observar siempre el sendero superior del "Justo Medio".

     * Practicar los deberes de las cinco "cuatro" relaciones sociales:

          - Entre gobernador y ministro.
          - Entre padre e hijo.
          - Entre marido y mujer.
          - Entre hermano mayor y hermano menor.
          - Entre esclavos y dueño (obsoleto en la sociedad actual del siglo XXI).

          Estas relaciones tienen, además, una característica principal: el superior tiene la obligación de protección y el inferior, de lealtad y respeto.

     * Tener por objeto final la paz universal y la armonía general.
      
 

          En el poco legado escrito que dejó, Las Analectas, una colección de conversaciones con sus discípulos, se puede observar que basaba toda su filosofía moral en una enseñanza central: el ren (jen), que es la virtud de la humanidad y a su vez está basada en la benevolencia, la lealtad, el respeto y la reciprocidad.
      
      Para finalizar, yo me pregunto, ¿Porqué nuestros gobernantes actuales están tan alejados de estas enseñanzas para un "buen gobierno"?, ¿Estarán perdidos?, o peor aún ¿Estarán cegados por el egoísmo?. Además, ¿Tan importantes son las ideologías que impiden el acercamiento y la buena negociación entre los distintos partidos políticos?. Cuan alejados parecen encontrarse de su pueblo y del amor hacia el mismo como eje esencial para que el bienestar y la paz sean la tónica habitual.       

 

viernes, 15 de mayo de 2020

DESPUÉS DE LA PANDEMIA


              
               Se dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, ¿esto qué significa?, pues simplemente que el hombre tiene cierta dificultad a la hora de "aprender (bien de los errores, o bien de las experiencias acontecidas y experimentadas)", lo cual para según qué circunstancias no es otra cosa que "un problema". Y es que el aprendizaje es esencial para crecer y evolucionar en la vida, tanto a nivel individual como colectivo.

               En los momentos actuales de Pandemia Global mucho se habla sobre todo lo que vamos a "aprender" y lo mucho que van a cambiar nuestros "valores" como sociedad, se dice que vamos a ser mucho más solidarios, respetuosos entre nosotros y con la naturaleza, que el mundo ya no va a ser el mismo y que las sociedades post-pandemia van a ser sociedades mejoradas a nivel personal y humano. 

               Ojalá y me equivoque, pero me temo que todo esto quedará en una mera declaración de intenciones más que en una realidad, pues en los momentos de "crisis" si bien es cierto que el ser humano lucha y se crece para acabar adaptándose a la nueva realidad, también lo es la tendencia natural como especie para "olvidar" las "lecciones del pasado", pues Pandemias ya las hubo antes a lo largo de la historia, mencionar la Peste negra que asoló Eurasia en el siglo XIV, alcanzando su punto máximo entre 1347 y 1353; o más cercana en el tiempo la Pandemia de gripe de 1918, también conocida como gripe española, ambas fueron devastadoras y a la vista está que las distintas sociedades, una vez superadas las mismas, no mejoraron a nivel humano, pues las guerras continuaron y el afán de dominación y poder no se frenó.


               A mí me gustaría que las consecuencias de esta Pandemia del Covid-19 a nivel humano nos hagan mejorar realmente y que fuesen diferentes a las anteriormente mencionadas, y considero que a nivel individual habrá personas que sí que experimentaran un profundo cambio en su escala de valores, pero mucho me temo que a nivel global (sin pretender ser negativo) prevalecerá "el olvido", haciendo del "sálvese el que pueda" la consigna de los diferentes estados y sociedades, los cuales volverán sin duda a la lucha por la hegemonía política, económica y militar mundial (de nuevo la dominación y poder).

               Para finalizar me quedo con esas personas que sí que cambiarán y mejorarán como seres humanos, deseando que sean el germen de una nueva semilla, que en su pequeño círculo de influencia contribuyan a mejorar las relaciones y la convivencia interpersonales para hacer dentro de este mundo global, pequeños micro-mundos mejores.


     Sirva esta luz como mi homenaje a los fallecidos por esta Pandemia, ¡descansen en paz!.



viernes, 8 de mayo de 2020

EL TIEMPO DIRÁ



"El dolor es inevitable, 
el sufrimiento es opcional"

Buda


      El Tiempo, ese gran sabio "incontrolable" para nosotros, pues ¿quién no ha escuchado en ocasiones que "El tiempo siempre pone cada cosa en su lugar"?. Este es el punto de partida del viaje al que os invito con la entrada de esta semana, para iniciarlo os recomiendo que reflexionéis sobre vuestra relación con el tiempo, ¿es positiva o negativa?, yo os animo a que procuréis haceros amigos del tiempo y confiar en él, para ello hoy os traslado un cuento milenario a modo de ejemplo de lo que os digo, vamos sin más dilación con esta bonita historia:

     Había una vez un campesino que vivía con su hijo. Tenían un caballo que les ayudaba en las labores del campo. Un día, como cualquier otro, de pronto el caballo desapareció, se había escapado.


     Un vecino que vivía en un campo cercano, les visitó y les fue a consolar:

     - ¡Qué mala suerte! se les ha escapado el caballo, ahora ¿qué harán para trabajar la tierra?

     Pero el campesino sabio le respondió:

     - ¿Buena suerte? ¿Mala suerte?, ¡Quién lo sabe!. Lo cierto, hoy aquí, es que se nos ha escapado el caballo. Lo demás, el tiempo lo dirá.

     Tras unos días, el campesino y su hijo vieron entrar en su campo a su caballo, pero para su sorpresa, volvía seguido de una yegua. 

     El vecino, nuevamente fue a su casa, tras ver regresar al caballo acompañado, y le felicitó por tan buena suerte.

     - Esto sí que es buena suerte, tenías un caballo perdido y ahora no solo ha regresado sino que además tienes una yegua.

     A lo que el campesino sabio, como en la ocasión anterior, le respondió:

     - ¿Buena suerte? ¿Mala suerte?, ¡Quién lo sabe!. Lo cierto, hoy aquí, es que el caballo ha regresado con una yegua. Lo demás el tiempo lo dirá.

     En los días siguientes, mientras el hijo del campesino estaba intentado domar a la yegua salvaje, cayó al suelo y se rompió una pierna. Tan pronto como lo llevaron al médico para curarle éste le comunicó al campesino sabio que su hijo quedaría cojo.

     Nuevamente, el vecino, al ver regresar al campesino y a su hijo, se acercó a su casa para consolarlo por tan mala suerte, a lo que el campesino respondió como en las anteriores ocasiones:
    
      - ¿Buena suerte? ¿Mala suerte?, ¡Quién lo sabe!. Lo cierto, hoy aquí, es que mi hijo se ha roto una pierna. Lo demás, el tiempo lo dirá.

     Pasado algún tiempo, la región donde vivían entró en guerra y un buen día, un grupo de guerreros se presentaron en cada una de las casas a reclutar obligatoriamente a los jóvenes del pueblo. Al llegar al campo del campesino sabio y su hijo, se dieron cuenta que el hijo estaba cojo de una pierna y le dijeron:

     -¿Qué te ocurre en esa pierna?

     -A lo que el muchacho contestó: Me la he roto mientras estaba domando a una yegua, no puedo correr y nunca más caminaré sin cojear.

     -¡Así no nos sirves!, dijeron los soldados y se marcharon para seguir reclutando a los hijos de todos los vecinos.

     Cuando se hubieron ido, el campesino sabio le dijo a su hijo:

     - ¿Entiendes ahora porqué tantas veces he dicho que el tiempo lo dirá, hijo mío?, los hechos que nos suceden en la vida no son, en sí mismos, ni buenos ni malos. Puede que algo que al principio pareciera bueno, acabe dando lugar a otro suceso que nos parezca malo, y así sucesivamente. No sufras por lo que sucede. Lo que nos genera dolor es la opinión que tenemos de lo que nos ocurre. No tengas prisa, espera a ver como cada situación afecta tu futuro. Un día, con tu pierna rota, ante el médico la maldijiste y ahora gracias a la buena suerte de rompértela has evitado la guerra y quizás hasta la muerte.

     Dicho lo anterior, y según reza la frase de cabecera de Buda, cuando nos sucedan cosas negativas es inevitable que sintamos dolor, pero si tenemos en cuenta las enseñanzas de la historia del campesino sabio y su hijo es muy probable que evitemos un sufrimiento innecesario, no olvidándonos nunca de que:

¡ EL TIEMPO DIRÁ !