Fortaleza, perseverancia y determinación

Fortaleza, perseverancia y determinación
Mis referentes en el mundo animal. Cada uno domina su medio, sus cualidades distintivas: "La Fortaleza", "La Perseverancia" y "La Determinación".

domingo, 28 de mayo de 2017

EL PODER DEL TAO. PARTE FINAL



     
     Siempre será tu decisión seguir el camino del TAO pero, ¿no crees que merece la pena intentarlo?.

     Si la respuesta que has dado a la pregunta anterior es un "SÍ", entonces debes comenzar por tener muy presente el concepto de la filosofía taoísta denominado Wu wei (la acción mediante la inacción), el cual determina que la forma más adecuada de enfrentarse a una situación es no actuar (no forzar), teniendo muy presente que no es lo mismo no actuar que no hacer nada. El Wu wei sería, pues, una forma natural de hacer las cosas, sin forzarlas con artificios que desvirtúen su armonía y principio, así el poder del TAO puede revelar tu grandeza interior y ayudarte a vencer la adversidad una y otra vez.

     En nuestra vida el estrés se deriva de la complejidad, de no ser el Bloque Intacto que estamos destinados a ser desde que nacemos. Simplificar la vida reduce el estrés, por ejemplo, el secreto de competir con éxito reside en cooperar con tu mejor yo, no en competir con los demás. El contacto con la naturaleza también es un eficaz reductor del estrés. Así mismo, el humor y la risa se cuentan entre los mejores remedios para el estrés.

     Si de verdad deseas alcanzar la felicidad duradera y, con ella, la serenidad, debes esforzarte sin tregua en comportarte de acuerdo a unos principios morales; esto es, debes ser una "buena" persona, hacer lo "correcto" y servir a causas "justas", lo cual requiere de una práctica constante.      

     Los taoístas reconocen que los estados de ánimo más tóxicos son la ira, la avaricia y la envidia. Sólo tú puedes provocar tu ira, tu avaricia o tu envidia, y sólo tú puedes eliminar esos impedimentos para alcanzar la serenidad. Además, siempre debes evitar el exceso, la extravagancia y la complacencia, pues la calidad de vida, junto con la serenidad suprema emanan del equilibrio, siendo las claves para llevar una vida equilibrada el quietismo, el dominio de sí mismo y la meditación, todo ello ejercitando con diligencia la fuerza de voluntad, reforzando sin tregua la visión positiva de nosotros mismos y del mundo en vez de la negativa.

     El TAO nos enseña no a prolongar la cantidad de vida sino a mejorar su calidad.

     Una vida es dichosa cuando se ha vaciado del miedo a la muerte. 

     Mientras consideres que la vida es algo que merece ser celebrado, cultivarás una profunda y duradera sensación de bienestar. Por el contrario, las personas que temen la muerte y buscan evitarla a toda costa, también sufren ese malestar.

Los taoístas valoran y celebran la vida y no son especialmente temerosos de la muerte.

     Lao Tzu no era pacifista, dijo que debemos oponernos al mal, usando el bien ante todo y, en segundo lugar, y en tercer lugar... y sólo tomar las armas como último recurso. E incluso entonces, no debemos aspirar a la conquista, sino tan sólo a la liberación. Lao Tzu dice que tenemos el derecho, y también la obligación, de defendernos si nos atacan, aunque para él la más noble forma de defensa propia no es la que rechaza un ataque; más bien es la que impide que se produzca el ataque.


     Los hombres y mujeres del TAO buscan crear valor para los demás, absteniéndose de destruir. Aman vivir en armonía, evitando la discordia. Desean morar en la cortesía, renunciando a la grosería. Quieren vivir en paz, evitando los conflictos. Aspiran a transformar el mal en bien, impidiendo toda masacre. Son amigos maravillosos y los vecinos ideales.

    

sábado, 20 de mayo de 2017

EL PODER DEL TAO. PARTE PRIMERA

     En las próximas entradas voy a hablaros de un Sistema de Filosofía de Vida Oriental que, aunque subliminarmente ya se aprecia a lo largo de algunas de las entradas que voy publicando, no quiero dejar pasar la oportunidad de hablaros sobre el mismo con detalle. Se trata de El Taoísmo. 

     
     Como fuente bibliográfica me he basado en uno de mis libros favoritos, titulado "El poder del TAO", escrito por el filósofo canadiense Lou Marinoff, el cual es profesor y catedrático de filosofía en el City College de Nueva York.

     En este libro el autor habla sobre cómo hallar la serenidad en tiempos de cambio, lo que considero de plena vigencia actualmente, al encontrarnos inmersos en una sociedad en continuo cambio y, por lo tanto, incertidumbre, pues para el TAO lo único cierto es el cambio, todo lo demás es incierto.



     En torno al año 500 a.C., el filósofo chino Lao Tzu, también llamado Lao Tsé (viejo maestro) escribió el librito original que por medio de poemas, contiene la esencia del TAO, titulado Tao Te Ching, que significa "El Camino y su Poder".


    

     "Todas las cosas grandes del mundo comienzan siendo pequeñas...
     Un viaje de mil kilómetros comienza cuando das el primer paso".

                        Tao Te Ching, poema 22



     Primera lección del TAO: si quieres alcanzar la felicidad suprema, presta atención a los deleites más pequeños.

     El TAO no es una divinidad que vela por nosotros, sino más bien una senda que podemos seguir, sus fundamentos

     - Complementariedad: El Ying y el Yang, ambas mitades se combinan para formar un todo equilibrado, implica integridad y completitud.

      - Armonía: la armonía se alcanza equilibrando la diversidad, no imponiendo una uniformidad.

     - Cambio: todo cambia. Al actuar de acuerdo con el TAO, movilizas poderosas fuerzas que te ayudan a sacar el mejor partido del cambio.
 
     El TAO está orientado hacia la prevención, pues dice que: "En los deportes, el amor, los litigios y la guerra, la defensa es mucho menos costosa que el ataque".

     Si sabes cómo regular la respiración, también sabes cómo regular tu cuerpo, tu mente y tu vida. Porque la respiración regulada abre canales por los que puede fluir la fuerza vital. La serenidad emana del centro del ser: La felicidad duradera emana de tu estado mental, no de los órganos de tu cuerpo, siendo el primer paso hacia el bienestar el reconocimiento del problema. ¿Ante quién? Ante uno mismo. Si quieres ser feliz, dice Lao Tzu, líbrate por completo de tu ego, Él es la causa de tu infelicidad, no el remedio. Un ego hinchado se manifiesta como un yo arrogante y desagradable que conduce a la infelicidad de uno mismo y de los demás. Un ego desinflado se manifiesta como un yo modesto, humilde y agradable que conduce a la felicidad.

     Una de las claves de la felicidad y de la serenidad es la simplicidad, seamos más felices reduciendo las complejidades innecesarias de nuestra vida. Lao Tzu advierte que la senda hacia la felicidad está pavimentada por la restricción del egoísmo y la reducción del deseo.

     Ahora os dejo con un ejemplo antagónico de distintas formas de ver una misma cosa o hecho. Si pidiéramos a Platón, (427-347 a. C.) filósofo griego seguidor de Sócrates y maestro de Aristóteles. que definiera una escultura perfecta, diría que es aquella que captura la esencia de lo que se ha esculpido. Sin embargo, Lao Tzu diría que ésta es el Bloque Intacto
     Para Platón, la perfección es la actualización de una cosa en detrimento de las demás. Para Lao Tzu, la perfección es la ilimitada posibilidad de actualizar cualquier cosa.

     Si despiertas por la mañana y ves el día que tienes por delante con temor, inquietud, ansiedad, inseguridad o renuncia es porque has permitido que sea moldeado, dándole una forma distorsionada o desagradable, aún antes de que comience. Si, por el contrario, practicas el arte taoísta de contemplar cada día (e incluso cada momento) como un Bloque Intacto, siempre serás feliz al despertar por la mañana, pues tendrás el entusiasmo de un niño y equilibrarás la sobriedad requerida para cumplir con las obligaciones que trae aparejadas ser adulto.

     ¡AHORA, TÚ DECIDES!


Si deseas leer la continuación a este tema pulsa en el siguiente enlace:


    

sábado, 13 de mayo de 2017

CIELO, INFIERNO Y PURGATORIO


     Voy a comenzar esta entrada con una definición breve de cada uno de estos "lugares" o "estados", para a continuación intentar ahondar en una explicación, siempre subjetiva, de los mismos:


     "CIELO".- Se define como aquel "estado" de felicidad plena, total y eterna en la que el Alma entra una vez hemos muerto, siempre que hayamos muerto en paz con Dios y con nosotros mismos, es decir, "sin pecado".




     
"INFIERNO".- Considerado como aquel lugar al que van las Almas de los pecadores si éstos mueren sin arrepentirse de sus pecados. O mejor, aquel "estado" de infelicidad y desdicha eterna de las almas de los pecadores.





     "PURGATORIO".- Dícese del "estado" intermedio entre "Cielo" e "Infierno", lugar al que van las Almas de aquellos pecadores que muestran arrepentimiento antes de morir pero tienen que purgar (limpiar) sus pecados antes de ascender al "Cielo".



     Estas son a grandes rasgos las definiciones aceptadas por el cristianismo de estos "estados" o "lugares", pero en una reflexión profunda sobre los mismos, a nivel particular coincido con la definición de "Cielo" e "Infierno", pero sin embargo para el "Purgatorio" tengo otra interpretación o  hipótesis que es la que a continuación os paso a analizar:

     Para ello comenzamos con la siguiente pregunta: ¿Dónde localizar o situar a estos "estados" o "lugares"?, para mí, desde un punto de vista racional, tanto el "Cielo" como el "Infierno" son "estados" del Alma y no lugares propiamente dichos, son estados metafísicos de nuestra energía en el Universo.

     Sin embargo, el "Purgatorio" sí puede considerarse un lugar real para la percepción humana, y este lugar no es otro que El Planeta Tierra, y el tiempo que cada ser humano pasamos en el "Purgatorio" no es otro que nuestra "Vida Terrenal".

     Siguiendo esta premisa podemos explicar porqué Jesucristo se hizo carne como todo ser humano y acampó entre nosotros. Jesucristo bajó al "Purgatorio" para mostrarnos el camino de salvación, que no es otro que el camino al "Cielo", para llevarnos al lado del Padre, pero pocos lo escucharon y menos lo entendieron.

     Por lo tanto, en nuestro peregrinar por este "Purgatorio", cada uno de nosotros no sabemos hacia donde iremos cuando se acabe nuestra "Vida Terrenal" (al "Cielo" o al "Infierno"). Pero lo que si podemos hacer es "méritos" (aunque el término pueda sonar un poco interesado) para intentar dirigir nuestros pasos hacia el "Cielo". ¿Cómo?, pues procurando ser cada día una mejor persona, ayudando a nuestros semejantes e intentando siempre hacer que la vida de las personas que nos rodean sea un poco mejor, para de esta forma alejarnos poco a poco del "Infierno", de las tinieblas y la oscuridad, para acercarnos hacia el "Cielo", hacia la "LUZ".

     Como veis yo sitúo el "Purgatorio" en el Planeta Tierra, otras teorías lo que sitúan en el Planeta Tierra es el "Paraíso", término este último al que yo he dejado fuera de estas reflexiones.

     Ahora, cada uno de vosotros, si queréis,
 reflexionad sobre esto y alcanzad vuestras conclusiones.

     Sed conscientes de que con esta entrada (ni con ninguna otra por supuesto), al tocar un tema de "Fe y Religión" no pretendo herir sensibilidades, ni muchísimo menos, simplemente pretendo crear un espacio para la reflexión y el razonamiento, lo que como sabéis, constituye la esencia del surgimiento de este blog.

sábado, 6 de mayo de 2017

HACIA LA IV REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

     Actualmente se habla mucho en los medios de comunicación, de que ya nos encontramos en pleno desarrollo de la IV Revolución Industrial, basada ésta principalmente en la programación informática, la robótica y la realidad virtual.


      Es más, se da por hecho que estamos asistiendo a un cambio acelerado, con un gran desarrollo previsto a unos cinco años vista, de hecho ya existen prototipos de robots, coches voladores, etc. Pues bien, ante este escenario, los medios de comunicación están generando una cierta alarma social al informar sobre el mismo, dando un mensaje de: "si no te adaptas quedarás fuera, excluido, ¿sin futuro?". 

 SIN EMBARGO:

     Hemos de ser conscientes de que el cambio no será tan rápido, al menos en España, por lo siguiente:

     1º) Deberá producirse un cambio en el Sistema Educativo y, un cambio de esta magnitud, con política implicada, requiere tiempo.

     2º) A pesar de que ya existen prototipos de ciertos productos revolucionarios, sean robots, vehículos que se autoconducen, etc. Trasladar el prototipo a la cadena de montaje y desarrollarlo a nivel de gran producción para que llegue a la sociedad, todo ello además, a un coste asumible para la mayoría de las personas, requiere de medios económicos, infraestructuras y, sobre todo, tiempo


      3º) El paso de los combustibles fósiles hacia las energías renovables (Revolución energética) será otro desafío de nuestras sociedades. Este desafío va más avanzado que los anteriores pero aún así, todavía quedan bastantes años para su instauración global.

POR TODO LO ANTERIOR:

     No tiene sentido generar alarma social y meter miedo en el cuerpo de los ciudadanos, amenazando con que muchos trabajos que existen desaparecerán y las personas que los estén ocupando quedarán poco menos que "¿excluidos del mercado de trabajo y la sociedad?". Pues, aunque ciertamente algunos trabajos "tradicionales" puedan desaparecer, la nueva revolución industrial generará otros nuevos, no lo dudemos, por lo que no tendría porqué aumentar el desempleo, al menos por este motivo. 



     Lo importante aquí, y creo que esto es lo que hay que transmitir a las personas, es que caminamos hacia un futuro en evolución, y que cada uno de nosotros debemos ser conscientes de ello y estar predispuestos para realizar una adaptación positiva, un cambio progresivo y nunca traumático. Pues resistirse a lo evidente y más aún, a lo que no depende de nosotros como personas individuales, genera un sufrimiento inútil, sin embargo, una actitud positiva hacia el cambio supondrá que cuando éste vaya llegando seamos capaces de adaptarnos a él con voluntad y dedicación, por supuesto, pero sin el sufrimiento que generaría en nosotros una oposición frontal al mismo.