La mayor aspiración de todo ser humano es, en términos generales, ser feliz.
Para que esto suceda es necesario al menos que la persona alcance un cierto equilibrio entre las esferas personal, laboral y social.
Cuando hablo de equilibrio lo hago en el sentido de que la persona esté satisfecha con cada uno de estos tres ámbitos de su vida:
- En el personal se incluye su estado de salud, su nivel de autoestima y la confianza en sí misma, esto es, estar contenta con la persona que es, tanto en el aspecto físico como psíquico, satisfacción personal.
- En el laboral o profesional hablamos de su realización en el campo del trabajo, que aquella actividad que realice le aporte más beneficios que sinsabores, que le guste y disfrute desarrollándola.
- En la faceta social nos referimos a todas sus relaciones personales, sean éstas de ámbito familiar, de amistad, románticas, etc. A saber, sentirse integrada y valorada en estos ámbitos, sin tener carencias afectivas graves.
Como he dicho, el equilibrio es la clave, pues si una persona a nivel personal y laboral se siente satisfecha pero a nivel social tiene carencias su felicidad se resentirá, y lo mismo ocurre con cualquier combinación distinta que hagamos.
Más, lograr este equilibrio no es nada fácil y no se alcanza sin que la persona tenga que trabajar y esforzarse en pos del mismo, tiene que poner toda su intención en "luchar" para conseguirlo, y aún así, siempre aparecerán piedras en el camino que dificulten su avance, algunas las podrá apartar pero otras serán grandes escollos y obstáculos, pues en estos ámbitos, no sólo la actitud de la persona será suficiente, pues dependerá en gran medida también de factores externos a ella misma, que escapan a su control y en ocasiones no podrá conciliar, aquí será decisiva su capacidad de adaptación y aceptación de la situación para continuar avanzando.
La eterna búsqueda de la felicidad y aquí sus claves. Y lo más importante, seamos conscientes de que una vez alcanzada no se tratará de un estado fijo y permanente, sino que se puede presentar en forma de momentos o fases a lo largo de nuestra vida, por lo que, seamos capaces de reconocerlos, valorarlos y disfrutarlos cuando lleguen.