Fortaleza, perseverancia y determinación

Fortaleza, perseverancia y determinación
Mis referentes en el mundo animal. Cada uno domina su medio, sus cualidades distintivas: "La Fortaleza", "La Perseverancia" y "La Determinación".

viernes, 17 de septiembre de 2021

LUZ

     - ¿Qué diferencia existe entre el día y la noche? La luz.

     - ¿Qué distingue a la claridad de la oscuridad? Sin duda, la existencia o ausencia de luz.

     - ¿Con qué relacionamos el bien? Con luz.

     - ¿Qué decimos que hay al final del túnel? Luz.


     Y es que desde tiempos inmemoriales, la luz para los seres humanos representa algo bueno, positivo, algo a tener en cuenta. Representa esperanza, evolución, éxito, desarrollo, progreso.

     También la relacionamos con pureza y limpieza. De una persona con alto desarrollo espiritual, decimos de ella que tiene luz o que está iluminada.

     Por todo esto y mucho más dedico esta entrada a la LUZ, en el sentido descrito anteriormente, no estoy hablando de la luz como energía eléctrica, creada por los humanos para su beneficio (para unos más que para otros por cierto).

     Hablo de la LUZ natural, la psíquica y la espiritual, luz de vida, de ilusión y confianza, generadora de una energía positiva, unas veces sanadora y otras esperanzadora, como el tránsito que realizamos al morir, cuando afirmamos que "el alma o esencia de esa persona que ha fallecido ya camina hacia la luz, hacia una nueva realidad".

     Éste es por tanto mi humilde homenaje a este elemento esencial. Y a todos vosotros os digo:

"Que la luz te guíe en la mañana,

y en la noche el ocaso no te sorprenda,

que tus pasos se encaminen hacia ella

y tu vida iluminada se mantenga"

- Juan Ramón 2021 -


sábado, 4 de septiembre de 2021

DE BODA

      Una tarde de tormentas yo me senté a escribir, meditando en silencio lo que acababa de vivir, pues a un evento importarte días antes asistí.

     De una boda se trataba y ya estaban los invitados allí, preparados para oír el sermón de dicho enlace de mis labios fluir, pues era esa la misión que yo debía cumplir, de oficiar  bien el enlace de una pareja feliz.

     Mi familia toda unida y yo sólo en el atril, consciente en aquel momento de que todo dependía de mí.

     Comienza a sonar la música, los novios ya están aquí, esperando mis palabras de ventura y porvenir (el cóctel propio para que se desborden las emociones se ha dado: música, expectación y entusiasmo).

     Yo sólo en el atril, comienzo a dar la bienvenida notando ya como las emociones aumentan en mi interior, es la primera vez que me encuentro en esta situación, ejerciendo de maestro de ceremonias en una boda. Además, tan importante para mí.

     Al dirigirme a los novios pensé que no podría seguir, pues las emociones se desbordaban en mí. Una pausa, unos aplausos, y así pude continuar, poco a poco, palabra a palabra, transmitiendo el mensaje que quería transmitir.

     Los novios lo agradecieron y ya pude continuar con el resto de la ceremonia de forma más natural.

     Presenté a los amigos y familiares que les querían dirigir unas palabras a los novios, emotivas unas y alegres y divertidas otras, todos lo hicieron genial.

     Acto seguido hice una pequeña exaltación del AMOR, y a continuación el acto de intercambio de las alianzas, el brillo en los ojos de los novios deslumbraba.

     Finalizó la ceremonia con el brindis de honor y la salida de los novios del recinto entre vítores y aplausos.


     Durante unos segundos quedé sólo en el atril, satisfecho por la hazaña que acababa de concluir.

     Que los nuevos esposos sean felices es todo lo que puedo pedir, agradeciéndoles el maravilloso día que nos hicieron vivir.