Aparentemente sin principio ni final, así es el círculo,
una figura geométrica "perfecta".
Sin lados ni aristas en su ejecución, el círculo es acogedor e invita a la interacción social, sea en un banquete o en una asamblea, si las personas se sitúan de manera circular habrá más posibilidades de comunicación entre ellas, pues existirá una mayor proximidad entre las mismas, ya que la disposición circular permite que se vean las caras y puedan mirarse a los ojos durante la interacción, lo que genera un clima de confianza más favorable, sirva como ejemplo una celebración de 10 personas que se reúnen para comer, si la mesa es redonda podrán relacionarse todos con todos mucho mejor que si la mesa es rectangular y alargada, pues en este último caso es complicado que las personas situadas en los extremos de la misma puedan interactuar entre sí.
De igual modo, en una reunión entre iguales, la disposición en círculo del escenario y sus integrantes sitúa a los mismos en igualdad de condiciones, en el mismo nivel. En el círculo no es tan clara la posición presidencial, o dicho de otra forma, no existe una presidencia física definida y por lo tanto la hegemonía de unos integrantes sobre otros está más difuminada.
Para llegar a grandes acuerdos, mejor hacerlo en asambleas con disposición circular integradora, donde todos los votos tengan igual valor y no existan privilegios por estatus, rango, etc.
En toda negociación, aparte de la voluntad de las partes por alcanzar acuerdos beneficiosos para ambas, el escenario es una parte fundamental, y si lo que se pretende es alcanzar el bien común de las partes integrantes y no la imposición de una postura de dominación concreta y autoritaria, el mejor escenario y me reitero nuevamente, es el circular.
La disposición circular es acogedora, invita al abrazo colectivo y a la negociación fructífera tan difícil de alcanzar en nuestros días, en gran parte debido al ansia de algunos líderes mundiales de salirse del círculo para subirse a un estrado autocrático y dictatorial, que los eleve del resto de los mortales.
Esto último se da cuando se pretende convertir
a la dominación y al poder en virtud.