En cualquier proyecto, sea éste personal, profesional o de cualquier otra índole, el inicio es muy importante, pues en él está el detonante para que comience su ejecución, es la decisión tomada, el impulso necesario para dirigir nuestra intención en esa dirección.
El inicio supone dar los primeros pasos en cuanto a planificación, ilusión por el presente pero sin perder de vista el resultado a futuro si su ejecución es buena.
Y es que, una buena base inicial generará una cimentación fuerte, y ésta dotará a tu proyecto de las herramientas necesarias para que pueda ser llevado a cabo con éxito.
El inicio es la semilla, la simiente necesaria para que algo crezca, para que algo se realice.
De la nada, nada sale.
Si aquello que sea que quieras hacer o lograr no lo inicias jamás existirá, podrá ser una ilusión en tu cabeza pero nada más, jamás llegará a ser una realidad palpable.
Ponte en marcha, toma acción e inicia tus proyectos para que no se queden en una mera fantasía.
El inicio es la clave, su ejecución. Con él tu propósito, junto con tu constancia y dedicación irán dando sus frutos a lo largo del tiempo en cuanto a si tu proyecto es exitoso o no.
De cualquier manera, aun no siendo un proyecto de éxito, al menos habrá existido, habrá sido una realidad por la que luchaste durante un tiempo, y aunque no obtuviste el resultado deseado al menos te quedará la satisfacción de haberlo intentado, y al no pertenecer ya al mundo de tu fantasía podrás pasar página y no te quedará la duda de preguntarte:
¿Qué hubiera pasado si lo hubiese intentado?
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