Hoy nuevamente os traslado una fábula interesante, esta vez sobre el valor de las cosas, en concreto sobre la Avaricia, esto es: el Afán de poseer muchas riquezas por el solo placer de atesorarlas sin compartirlas con nadie.
RIQUEZA SIN VALOR
Un anciano avaro había enterrado su oro en un lugar secreto en su jardín. Todos los días iba al lugar, desenterraba el tesoro y lo contaba pieza por pieza para asegurarse de que estaba todo allí.
Hizo tantos viajes que un ladrón, que lo había estado observando, adivinó qué era lo que el anciano había escondido, y una noche desenterró el tesoro y se fue con él.
Cuando el avaro descubrió su pérdida, fue vencido por el dolor y la desesperación. Gimió y lloró y rasgo su cabello.
Un transeúnte escuchó sus gritos y preguntó qué había sucedido.
- "¡Mi oro! ¡Oh, mi oro!", exclamó el anciano, "¡alguien me ha robado!".
- "¡Tu oro! ¿Ahí en ese agujero? ¿Por qué lo pusiste ahí? ¿Por qué no lo guardaste en la casa donde podrías alcanzarlo fácilmente cuando tuvieras que comprar cosas?".
- "¡Comprar!", gritó con rabia el avaro. "Nunca toqué el oro. No podía pensar en gastar nada de eso".
- El extraño tomó una piedra grande y la arrojó al agujero, "Si ese es el caso", dijo, "cubre esa piedra". "¡Vale tanto para ti como el tesoro que perdiste!".
Moraleja: Tanto ahorrar como gastar, si se hace de manera inteligente y para un buen propósito es bueno. En caso contrario, una posesión no vale más que el uso que hacemos de ella.
Que bien volver a leer en el blog! Gracias y felicidades por seguir compartiendo! Saludos cordiales!
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