Fortaleza, perseverancia y determinación

Fortaleza, perseverancia y determinación
Mis referentes en el mundo animal. Cada uno domina su medio, sus cualidades distintivas: "La Fortaleza", "La Perseverancia" y "La Determinación".

viernes, 11 de diciembre de 2020

EL PODER DE LA PALABRA

     ¡Hola amigos!, esta semana os traigo una entrada en la que a modo de ejemplo, empleando una fábula tradicional (adaptada a la época actual), todos podemos comprobar cómo, en ocasiones, una buena argumentación  puede desmontar cualquier ataque que nos hagan.

     Es importante que nunca desestimemos el poder de las palabras, pues bien utilizadas nos pueden ayudar en nuestro día a día.

     El lenguaje bien utilizado puede revertir una situación complicada y acercarnos a un buen entendimiento con nuestro interlocutor.

     No será fácil, pero bueno es que conozcamos su poder y creo que el ejemplo que hoy os traslado nos aclarará este hecho. Comenzamos ya con la fábula:

     Había una vez un Guía espiritual que le tenía mucho cariño a su discípulo más aventajado. Esto hizo que otro discípulo se pusiera celoso, pues este discípulo quería ser el primer alumno del Guía, pero esto no fue posible ya que el discípulo aventajado ocupaba con orgullo esta posición. Un día, el Guía elogió a su discípulo aventajado frente al otro. Esto hizo que éste último se enojara mucho y propuso al Guía hacerle tres preguntas al discípulo aventajado y si éste podía responderlas entonces aceptaría el hecho de que el discípulo aventajado era el más inteligente. 

     El Guía espiritual siempre con ganas de probar a sus discípulos estuvo de acuerdo.

     Las tres preguntas fueron:

  1. ¿Cuántas estrellas hay en el cielo?
  2. ¿Dónde está el centro de la tierra?
  3. ¿Cuántos hombres y cuántas mujeres hay en el mundo?     
    Inmediatamente, el Guía espiritual le hizo las tres preguntas a su discípulo aventajado y le informó que si no podía responderlas, tendría que renunciar como su primer y mejor discípulo.


     Para responder a la primera pregunta, el discípulo aventajado trajo una oveja merina y dijo: "Hay tantas estrellas en el cielo como pelo en el cuerpo de la oveja. Mi amigo, el segundo discípulo, puede contarlos si quiere".

     Para responder a la segunda pregunta,  el discípulo aventajado dibujó una marca en el suelo y sobre ella clavó una barra de hierro y dijo: "Éste es el centro de la Tierra, el segundo discípulo puede medirlo él mismo si tiene alguna duda".

     Cuando el discípulo aventajado iba a responder a la tercera pregunta, el Guía espiritual lo interrumpió y preguntó al segundo discípulo:  ¿Desea conocer la respuesta a esta última pregunta o prefiere retirarse del debate de manera honorable?.

     Moraleja: Para cada pregunta habrá una respuesta de igual modo que para cada respuesta habrá una pregunta y para cada problema una solución. La mejor lección que podemos dar a nuestros "enemigos", será en su propio idioma, mediante el uso de las palabras correctas. 

    

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