Si piensas que puedes lograr algo es porque realmente puedes lograrlo, pues la voluntad es el primer ingrediente para conseguir tu objetivo, sea cual sea aquello de que se trate.
Junto a la voluntad; el esfuerzo, la dedicación y la preparación son el resto de ingredientes necesarios para que alcances lo que te propongas.
Lucha, nunca te rindas y se paciente, pues hay cosas que no se obtienen de manera inmediata y la paciencia te ayudará a afrontar el desánimo cuando éste aparezca.
Persevera, vuelve a intentarlo procurando la "excelencia" en tu trabajo y los resultados llegarán.
Tener dudas es razonable siempre y cuando éstas te proporcionen el impulso necesario para continuar, para seguir avanzando hacia tu objetivo. Eso sí, procura evitar las dudas que te acerquen a desistir de tu esfuerzo y empeño, pues si no las vences éstas lograrán que abandones y te retires de la búsqueda de tu sueño.
Aquello que hagas, hazlo desde el corazón, y si no lo consigues, al menos que no te atormente la idea de que podrías haber hecho más.
Ten siempre presente que la fuerza de voluntad se puede entrenar, evita la pereza y las distracciones que te alejen de tu misión y comenzarás a sentir que lo puedes lograr, que día a día te vas acercando a ella, paso a paso, cada día un poquito más cerca, y esa sensación reforzará tu convicción, habrás logrado entrar en un círculo virtuoso de resultados positivos que comenzarás a disfrutar.
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