Un momento de calma en un lugar tranquilo, al fin había llegado. Y es que el reto afrontado había sido grande, mucho más exigente de lo que en un principio podría parecer.
Marco se había entregado al máximo, con una determinación, fortaleza y paciencia encomiables, con sus dudas sobre si lo que estaba haciendo era lo adecuado y suficiente pero con la seguridad de que era lo correcto.
A lo largo de todo el proceso no fue ajeno a los instantes de debilidad y agotamiento que tuvo que vivir, y durante los mismos no dejaba de repetirse que "merecería la pena", que "debía perseverar en su esfuerzo un poco más para lograr sus objetivos".
Hoy, con los objetivos alcanzados y el reto conseguido, Marco por fin puede relajarse, desde la serenidad que da el trabajo bien hecho, disfruta de su momento de calma y repasa todo lo acontecido, analizando los pasos dados y las difíciles decisiones que tuvo que tomar, pensando en cómo la vida en ocasiones se complica, llevándonos por unos senderos que no nos hubiera gustado recorrer, pero que no tuvimos más remedio que transitar.
Al final todo parecía indicar que el dolor soportado no había caído en saco roto y los resultados positivos comenzaban a llegar.
Marco por fin podía relajarse y descansar, tan sólo le quedaba la tarea de supervisar y acompañar en lo posible el nuevo desarrollo de los acontecimientos, valorando lo vivido y disfrutando de todo lo bueno que estaría por llegar.
Cadena favores.... Buena película.
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