No es un Ángel caído, seguidor de Lucifer,
sino uno enviado por el Arcángel San Miguel
para en esta Tierra sombría instalarse y hacer el bien,
ayudando a las personas sin dejarse mucho ver.
Como todo Ángel del cielo la bondad emana de él
y la paciencia que tiene su máxima cualidad es
para no rendirse nunca y jamás desfallecer.
Su misión en esta Tierra muy clara la ha de tener,
para ayudar a la gente a soportar sus pesares
y sobrellevarlos con bien.
Algo complicado a veces para un Ángel de las estrellas acostumbrado a la paz, la calma y un ambiente de felicidad en su reino inmortal.
Aquí, en la Tierra, los problemas y complicaciones no cesan, se le acumula el trabajo y aún siendo muy poderoso duda sobre su capacidad para tan difícil tarea, pues los seres humanos son complicados, imperfectos, impacientes y frágiles, siendo muy difícil su tarea de intentar que la semilla del bien cale en ellos, así como hacer crecer la confianza y fortaleza para que entiendan que con paciencia y eso sí, sacrificio, los problemas se pueden resolver.
Su trabajo siempre es silencioso, muy sutil en las formas y con mensajes profundos de esperanza y ánimo hacia las personas que lo necesitan, y aunque éstas en ocasiones no escuchen o no quieran escuchar estos mensajes, él persevera, no abandona a ninguna, confiando en que finalmente estas personas acepten su ayuda.
Ese Ángel que está en la Tierra
tú sabes muy bien quién es,
es esa mano amiga que te agarra para no caer,
esas palabras de aliento,
que te animan a seguir confiando en el futuro
aunque negro lo creas ver.
No des la espalda al Ángel que está en la Tierra, que aunque no lo puedas ver está más cerca de ti de lo que te puedas creer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario