"Te ganarás el pan con el sudor de tu frente..."
(Génesis 3:19) - Santa Biblia
Se denomina trabajo a toda aquella actividad, ya sea de origen manual o intelectual, que se realiza a cambio de una compensación económica por las tareas-labores concretadas.
En las sociedades capitalistas, que se sustentan en la economía, esta definición viene a significar que trabajamos a cambio de dinero, para a su vez utilizar éste para proveernos de todo lo necesario para nuestra vida, ya sea alimento, vestido, techo, etc.
Sentadas las bases del tema a tratar, ahora voy a situar el enfoque en la parte psico-social de la persona, esto es, como nos afecta el trabajo a cada uno de nosotros, si de manera positiva o negativa, así como cual es nuestra actitud hacia el mismo.
Dicho lo anterior, entramos ahora en el aspecto vocacional o no vocacional del trabajo que cada uno desarrolla, pues la persona que realiza un trabajo vocacional se va a sentir más realizada, más plena, que aquella otra que simplemente trabaja en algo por obligación (tener que ganar dinero para vivir).
Yo creo que realmente son pocas las personas que trabajan en aquello que les gusta y motiva. Más bien al contrario, la mayoría de trabajadores y trabajadoras desempeñan un trabajo por necesidad, porque es lo que les han ofrecido o han encontrado, aceptándolo de manera "provisional" (aunque a veces se dilate en el tiempo su desempeño) hasta que logren trabajar en algo vocacional que realmente les entusiasme.
¡Ojo!, no debemos pasar por alto el hecho de la dificultad que entraña, el que cada persona sea capaz de descubrir su "vocación". Pues para algunos puede ser fácil, lo tienen claro desde niños, por lo que a partir de ahí les queda la tarea, no exenta de dificultades todo hay que decirlo, de formarse y prepararse para ello y luchar por conseguirlo. Pero muchos otros llegan a la edad adulta sin realmente saber cual es su "vocación", habiéndose formado en algo genérico o específico pero digamos que "por accidente" (porque tenía que elegir algo en un momento de su vida y optó por ello sin realmente apasionarle).
Pues bien, si eres de los que con los años has conseguido trabajar en algo que te apasiona, ¡Enhorabuena!.
Si no lo has conseguido sólo tienes dos opciones; por un lado puedes estar continuamente lamentándote por tu mala suerte, por lo poco que te entusiasma tu trabajo, etc., pero ya te digo que de esa manera no conseguirás nada más que malestar, tanto psíquico como físico, malestar que también transmitirás a tus seres queridos.
Por otro lado, lo que puedes y yo creo que deberías hacer, o al menos intentar, no es otra cosa que cambiar la percepción negativa que tienes hacia tu profesión, fijándote más en las partes positivas que pueda tener, que seguro las tiene, mientras que a su vez intentas formarte y prepararte para buscar otro trabajo que te aporte más a nivel de realización personal, pues confía en que, con actitud positiva, llegará lo positivo y nunca olvides que se trabaja para vivir. Que no debemos vivir para trabajar, pues el trabajo es sólo una parte de nuestra vida de las muchas que la componen, las cuales no deberíamos descuidar, como los amigos, la familia, el ocio, etc, etc.
Si señor, bienvenido a la blogosfera después de vacaciones. Bien dicho o como dijo Confucio: "Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida".
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