Interesante tema para la reflexión el de esta semana. Para situarnos bien vamos a comenzar por definir cada término y luego pasaremos a relacionar los mismos entre sí y sus efectos en nuestras vidas:
DESTINO : Se define como un poder o fuerza sobrenatural e ineludible que guiaría la vida humana y la de cualquier ser a un fin no escogido, de forma necesaria y fatal. Podemos decir que esto es lo opuesto al libre albedrío o libertad (Fuente: Wikipedia).
En las culturas occidentales y orientales, la mayoría de las religiones han creído en formas de destino especialmente relacionadas con la predestinación, desde el Tao del Confucianismo chino o el Karma del Hinduismo a la Católica y bienhechora Providencia o Gracia, que deja cierto margen a la libertad, o la férrea predestinación del Calvinismo.
Por lo tanto, desde un punto de vista religioso, el destino es un plan creado por Dios.
Para la Filosofía nada existe por azar al igual que nada se crea de la nada, por lo que, una consecuencia de la existencia del destino sería la negación de la libertad humana.
CASUALIDAD : Se define como causa o fuerza a la que supuestamente se deben los hechos y circunstancias imprevistas, especialmente la coincidencia de dos sucesos. Hace referencia por tanto a la combinación de circunstancias que resulta imposible anticipar y evitar.
Vistas las definiciones, pasamos ahora a hablar sobre lo que tienen en común, así como lo que las diferencia:
Comenzando por lo que tienen en común, ¿ya os habéis dado cuenta?, no es otra cosa que el hecho de que ambos términos son ajenos a nuestra intervención, nos condicionan sin que podamos hacer nada. El destino como plan general de vida y la casualidad como acontecimientos puntuales.
Como diferencia destacar que el destino estaría "escrito" mientras que la casualidad se debería a circunstancias excepcionales aleatorias, meras coincidencias.
Ahora bien, cada uno de nosotros, ¿Qué pensamos al respecto?, ¿En qué creemos?, ¿Creemos en un destino inamovible ajeno a nosotros?, ¿Creemos en concatenaciones de casualidades sucesivas a lo largo de nuestra vida?, o por el contrario, ¿Creemos en nuestra libertad para influir o hacer que las cosas sucedan de una u otra forma, en ser los "dueños de nuestro destino"?.
Pues si bien es cierto que creer en el destino como algo inamovible resulta "cómodo", al mismo tiempo este pensamiento puede tener consecuencias "peligrosas", ya que puede actuar como factor que desaliente a la persona a luchar por mejorar o crecer, pues ésta puede pensar que si "todo está escrito" para que preocuparse, pues lo que tenga que ser será y lo que tenga que suceder sucederá.
Otras corrientes mantienen que el destino existe, que está "escrito", pero que cada individuo para alcanzar el suyo tiene la posibilidad de elegir entre diferentes caminos, y es aquí donde la persona interviene activamente con sus decisiones y acciones, eligiendo un mejor o peor camino para alcanzarlo.
Yo, por mi parte, prefiero creer que con mis decisiones y acciones (con mi elección) contribuyo activamente a labrarme mi camino y, de forma colateral, también genero una influencia en mi entorno más cercano, al igual que éste influye en mí.
¿Y vosotros, qué pensáis?
Ahora, cambiando de tema y puesto que se aproximan las fechas de celebración de Halloween y de los Santos y Difuntos, me permito dejaros el enlace a la entrada que publiqué el pasado año en relación a este tema, disfrutadla: