Tema muy complejo y dramático el que trato esta semana, precisamente por ello merece toda nuestra atención, pues actualmente si bien es cierto que vivimos en la era de la información, donde todo se contabiliza y registra, donde se realizan estadísticas de cualquier tema para su análisis y estudio posterior, no es menos cierto que del tema del suicidio hay pocos registros y datos, y de los que existen podemos afirmar que se informa poco a los ciudadanos, no otorgándole la importancia que éste tiene.
Para los diferentes gobiernos este parece ser un tema Tabú o prohibido, del que nada se dice y, un tema que se oculta difícilmente puede ser solucionado. A diario se nos informa por diferentes medios de las víctimas, por ejemplo, de los accidentes de tráfico y de la necesidad de poner los medios para evitar que se produzcan más, y esto es bueno.
Sin embargo, puede parecer que los políticos temen tratar el tema del suicidio, quizás por miedo a que sus altísimas cifras pudieran volverse en su contra, ya que como gestores y garantes de crear las condiciones y los medios para que sus ciudadanos convivan de una manera "plena y feliz", resulta bastante contradictorio que en las "sociedades desarrolladas", en las que su mayor y mejor eslogan es "desarrollo, prosperidad y bienestar", resulte que haya ciudadanos que lleguen al extremo de tomar una decisión tan trágica y dramática como es la de quitarse la vida.
Y es que, en España el número de seres humanos que se suicidan anualmente oscila entre 3600 y 3700 (más del doble que las víctimas de accidentes de tráfico), siendo muchísimo mayor el número de personas que lo intentan. Es la primera causa de muerte por causas no naturales en la población general, y segunda causa en la población de los 15 a 29 años, por detrás del cáncer. En cuanto al sexo, el suicidio se da mayoritariamente en hombres, aproximadamente un 70 % del total, frente al 30 % en mujeres.
Ante esta realidad no podemos permanecer callados, debemos contribuir a eliminar el Tabú a hablar sobre este tema y con ello, abordar plenamente el mismo para intentar adoptar soluciones reales, poner los medios para que las personas que viven momentos difíciles en sus vidas y que pudieran plantearse la idea de suicidarse tengan un apoyo real, sobre todo por parte de las instituciones, por ejemplo con un teléfono al que poder llamar de manera anónima y hablar de sus problemas y circunstancias personales con alguien experto en el tema, sea Psicólogo o Terapeuta, con alguien paciente, que escuche sin juzgar y sea capaz de "orientar y alentar" a la persona para que encuentre estímulos en su vida para seguir esforzándose y luchando; y si son problemas prácticos que puedan tener una solución "material o administrativa", asesorar a la persona sobre los pasos que debe dar para solucionarlos. Y si se trata de problemas de índole psíquica o emocional, pues intentar que no pierda la esperanza y animarlos a que busquen ayuda real de especialistas en el tema, intentando siempre que no se hundan en sus lamentaciones, fomentando sus fortalezas para que sean capaces de superar sus debilidades.
Nada hay más triste que la desesperanza, la falta de ilusión en la vida, y al suicidio se llega por esta vía. En ocasiones la vida puede ser muy cruel, con graves problemas familiares y sociales, acoso escolar en los jóvenes, acoso laboral en los adultos, problemas económicos, soledad y aislamiento, etc.
Lo que decía anteriormente, sociedades que presumen de progreso y esconden un problema tan dramático, en parte quizás porque se sienten responsables de haber desatendido al ser humano como persona, y haberlo tratado como un número más, una herramienta más en la máquina de generar riqueza, incentivando la competitividad frente a la solidaridad.
¡¡¡ HASTA PRONTO !!!
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