Fortaleza, perseverancia y determinación

Fortaleza, perseverancia y determinación
Mis referentes en el mundo animal. Cada uno domina su medio, sus cualidades distintivas: "La Fortaleza", "La Perseverancia" y "La Determinación".

viernes, 25 de septiembre de 2020

MUNDO IDÍLICO

      En un mundo idílico la palabra maldad no tendría razón de ser, pero no vivimos en un mundo idílico.

     A diario comprobamos que hay personas que hacen el mal, que tienen comportamientos antisociales, agresivos y que aparentemente no les importan sus semejantes, por ejemplo en los robos con violencia. Pero ¿por qué sucede esto?, ¿qué mueve a estas personas a actuar así?.

     A mi modo de ver, estas personas carecen de empatía, no son capaces de ponerse en el lugar de los demás, pues para una buena convivencia nada mejor que tener presente la siguiente máxima: "No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti", o en el mismo sentido esta otra: "Ten presente que tu libertad acaba donde comienza la de los demás".

     Y es que, una persona puede tener problemas graves, sean estos económicos o de otra índole, lo que sin duda puede generar en ella un estrés enorme hasta llegar a estar "cabreada con el mundo", pero esto no justifica que haga el mal a su alrededor, no significa por ejemplo que trate mal a sus vecinos comportándose incívicamente, o que robe, convirtiéndose así en una persona delincuente.

     Sin duda, afortunadamente la inmensa mayoría de las personas, aún teniendo problemas graves, no actúan ni se comportan así, podemos decir que son buena gente. Del mismo modo que personas sin problemas aparentes hacen el mal e incluso pudiera parecer que disfrutan haciéndolo, insultando, saltándose las normas sociales, se creen por encima de los demás actuando de una manera déspota.

     La felicidad y la maldad no se llevan bien, el que hace el mal difícilmente será feliz pues el rencor lo consumirá.

     Sin embargo el que haga el bien estará en el camino de la felicidad, pues si sonríes a tu vecino éste muy probablemente te devolverá la sonrisa. Y es que una convivencia agradable genera un clima de paz y armonía.

     No vivimos en un mundo idílico, por ello nuestra obligación moral no es otra que intentar mejorarlo.


viernes, 18 de septiembre de 2020

2020: CRISIS MUNDIAL

      El año 2020 avanza, ya estamos en septiembre, año difícil que sin duda pasará a la historia como uno de los peores años a nivel mundial, todo ello a consecuencia de la Pandemia del COVID-19 junto a la crisis sanitaria y económica que la misma ha ocasionado.

     Y lo peor es que no sabemos cuándo podremos comenzar a remontar, hemos de ser fuertes, tengamos paciencia y sobre todo, cada uno de nosotros, procuremos adaptarnos a la situación actual de la mejor manera posible, pues en ello reside la clave para que salgamos adelante.

     Estamos en el pozo y mientras no logremos doblegar a la Pandemia, bien sea mediante la tan esperada vacuna o bien mediante nuevos fármacos que la combatan mejor, no seremos capaces de comenzar a salir del mismo para volver a ver la luz, la luz de la vida, de la recuperación económica, de los reencuentros, del contacto social.

     Sin duda este tiempo llegará pero el precio que habremos pagado habrá sido muy alto, el mundo como lo conocíamos no será el mismo, las vidas humanas sacrificadas sin duda dejarán un vacío insustituible en sus entornos más cercanos.

     Pero es que, además de la Pandemia, este año igualmente viene cargado de tragedias y catástrofes naturales, como fuertes tormentas e inundaciones, huracanes, incendios devastadores, que en diversas partes del mundo golpean sin piedad poniendo a prueba nuestra resistencia y capacidad para soportar el dolor y  sufrimiento que generan.

      Son tiempos difíciles, ojalá y todo esto se acabe con el fin del 2020, y si no al menos que los efectos devastadores de este año oscuro para la humanidad se mitiguen y suavicen de cara al 2021 para hacer del nuevo año el de la recuperación, la esperanza y la alegría.


viernes, 11 de septiembre de 2020

RAMAS DE UN MISMO ÁRBOL

          
     Si preguntásemos a cualquier persona del mundo por su mayor anhelo o deseo es muy probable que su respuesta fuese: "SER FELIZ". Sin duda esta respuesta estaría si no la primera, si al menos entre sus tres deseos prioritarios.  

   ¿No os resulta curioso?, ¡cualquier persona de cualquier parte del mundo!, independientemente de su cultura, religión, idioma, etc. Y es que si nos fijamos en estas características "adquiridas" según nuestro lugar de nacimiento, podemos decir que los seres humanos somos muy diferentes, pero estas son solamente características y rasgos externos.

     Sin embargo, si nos paramos a mirar al ser humano un poquito más al interior, a su psique, a su ser profundo y real, nos sorprenderá lo parecidos que podemos llegar a ser, que somos realmente. Pues si no todos, una inmensa mayoría no deseamos otra cosa en la vida que ser felices, a ser posible disfrutando de buena salud y sin carencias importantes, ¡casi nada!.

     En esencia todos somos iguales, con nuestros anhelos, deseos y preocupaciones, y vivimos nuestras vidas de forma general "como podemos", esto es, que no siempre vivimos "como queremos". Todos hemos de adaptarnos al medio que nos rodea, a una sociedad y cultura determinadas como dije antes, por nuestro lugar de nacimiento.

     Miremos por tanto a nuestro interior, a nuestra esencia, allí quizás encontremos la partícula de la felicidad. 

     

     Y cuando entremos en contacto con otras personas, tengamos presente que a todos nos mueve lo mismo, por muy diferentes que podamos parecer, nuestro ser interno es similar, somos seres con fortalezas y debilidades parecidas, nuestro origen es común, somos más hermanos de lo que pudiéramos creer. 

¡Todos somos ramas de un mismo árbol!


viernes, 4 de septiembre de 2020

CONVIVIENDO CON EL COVID-19

      Verano de 2020, la Pandemia Global COVID-19 continúa avanzando por el mundo, los contagios aumentan a diario, el control de la misma todavía no ha llegado.

     En España los denominados "brotes" o "rebrotes" no paran de aumentar, difícil saber donde desembocará todo esto, y mientras tanto la economía se resiente, principalmente en los sectores de la hostelería, restauración y turismo, principales motores del P.I.B. español.

     Ante esto, entre todos hemos de ser capaces de alcanzar un "equilibrio aceptable y sostenible" entre economía y salud. Difícil escenario para los gobiernos regionales y nacional que han de afrontar el reto de luchar por el control sin coacción para evitar un aumento descontrolado de contagios, al tiempo que han de ser capaces de apoyar a los sectores económicos más perjudicados y a sus trabajadores.

     A nivel individual nuestro papel no es menos importante, pues hemos de ser responsables y respetuosos con la normativa de salud para evitar contagios al tiempo que también podemos contribuir al crecimiento económico con nuestro consumo diario, así como con el disfrute del ocio, la cultura y el tiempo libre.

     No es fácil pero no podemos quedarnos parados y "encerrados". Un nuevo confinamiento general sería catastrófico para la economía y la sociedad. Movámonos con cautela para avanzar, este es un gran país y entre todos lograremos salir adelante.

     Hasta que llegue la vacuna y logremos controlar esta epidemia debemos unirnos como sociedad, una barca no puede avanzar si los remeros reman en diferente dirección, y cuando hablo de remeros no hablo sólo de gobernantes, también de los ciudadanos, de nosotros, nuestra responsabilidad salva vidas a la vez que puede mover la economía. Si, a nivel pequeño pero todo suma y como dice un refrán español, "un grano no hace granero pero ayuda al compañero".

     Confiemos que el sistema sanitario no colapse nuevamente y sea capaz de atender a todos los enfermos que a él acudan, tanto a los positivos en COVID-19 como a los afectados por otras patologías.

     A nivel global es igualmente extrapolable lo dicho para el caso de España. Nos encontramos ante un problema de todos y para todos, y de todos depende su solución.