Humanidad, una palabra bonita con una acepción positiva, pues representa valores tales como solidaridad, cooperación, inteligencia, desarrollo, civilización, por citar solo algunos.
Además, tras esta palabra se encuentra el ser humano, las personas, todos nosotros; esto en contraposición a otros seres vivos, sean estos animales, plantas, etc., o al resto de lo que existe: aire, agua, tierra, fuego, etc.
Dicho esto me pregunto: ¿Somos las personas dignos representantes de esta bonita palabra?, y la respuesta que me viene a la mente es que NO, pues solo hemos de dar un repaso a la historia para ver que la violencia ha sido y es una constante: guerras, luchas de poder, delincuencia, vandalismo, egoísmo.
Parece que las distintas sociedades han perdido la humanidad, y si esto ha ocurrido y está ocurriendo es porque las personas que integramos estas sociedades quizás hayamos olvidado el significado de la palabra Humanidad y consecuentemente nos hemos deshumanizado, pues cada vez más vamos a lo nuestro sin importarnos el bien común.
Quiero pensar que quizás estoy equivocado, que personas buenas las hay en todas partes, lo que ocurre es que las malas, aunque haya menos se hacen notar más, que el mal y lo malo llaman más la atención que el bien, pasando éste último en muchas ocasiones desapercibido. Ya que lo bueno es silencioso, genera armonía mientras que lo malo es ruidoso y ocasiona pesadumbre, desgracia y dolor, siendo consecuentemente más difícil de superar lo trágico que lo positivo, pues el dolor hiere y causa angustia y desafortunadamente lo vemos y vivimos a diario mucho más de lo que nos gustaría.
Somos personas, seres humanos que integramos la Humanidad,
intentemos cada uno desde nuestra pequeña parcela de vida
que esta palabra vuelva a recobrar su maravilloso significado.