Cada vida es una isla que está por desarrollar, emerge de las profundidades para crecer sobre el mar y a partir de ese momento comenzar a avanzar. Sobre su superficie alguna fuente de agua potable surgirá, con las estaciones la vegetación se desarrollará y algún tipo de fauna la habitará.
Tu vida es como una isla en la inmensidad del mar, en apariencia pequeña pero a la que se puede llegar.
Al nacer, tu cerebro es esa isla que acaba de emerger, tus neuronas son los ríos que comienzan a recorrer toda la superficie empapándola de saber, ese conocimiento que irás adquiriendo y que conformará todo tu ser.
La vegetación y fauna de la isla de tu vida son tus sentimientos y emociones, por ello es importante que en la medida de lo posible, seas capaz de desarrollar una buena inteligencia emocional, pues de lo contrario, la vegetación y fauna de la isla de tu vida podría ser escasa y agreste.
No dejes que la isla de tu vida sea pobre y desértica, procura cuidarla y desarrollarla para que florezca exultante de belleza y riqueza vital y emocional.
Que la isla de tu vida sea tu isla bonita, una isla abierta al mundo, acogedora y cálida, exportadora de alegría, embajadora del bien entre el resto de islas de vida que estén próximas a ti.
¡ Tu vida, tu isla, TÚ !
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DESARROLLANDO UNA BUENA INTELIGENCIA EMOCIONAL
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