Con esta entrada voy a hablaros de un tema especialmente interesante: VIAJAR, pero no desde su vertiente profesional (viajar por trabajo) ni familiar (viajar para ver a la familia); simplemente voy a enfocar el tema desde el punto de vista del OCIO (viajar por placer).
Desde esta perspectiva considero que hay multitud de cosas que nos aporta como personas y que nos enriquecen como seres humanos:
Comenzando por la fase de preparación del viaje, éste ya nos invita a planificarlo; desde elegir el destino o destinos a visitar, el medio de transporte a emplear (avión, barco, coche, tren, etc.), buscar el alojamiento idóneo para poder descansar, y seleccionar las rutas o itinerarios de las cosas que ver (arquitectura, monumentos, museos o parajes naturales de asombrosa belleza, etc.). Esta fase es la que "nos activa y prepara", es el inicio de la ilusión hasta el momento en que llegue la fecha de realizar el viaje.
Una vez iniciado el viaje y durante el desarrollo del mismo, hay una serie de "sensaciones" o "sentimientos" que se despiertan en nosotros (al menos en mí) y que constituyen LA ESENCIA de viajar en sí, y éstas son las siguientes:
1º) Activa nuestra atención: muy necesaria, ya que comenzamos a enfrentarnos a "lo desconocido".
2º) Activa nuestro sentido de supervivencia: pues hemos de desenvolvernos en un lugar en el que todo para nosotros es nuevo (p. ej.: la alimentación, la cultura, el idioma, las personas, etc.).
3º) Amplia nuestra percepción o visión del mundo: este punto considero que nos enriquece muchísimo como seres humanos, pues al ponernos por ejemplo en contacto con personas de otras culturas, nos impulsa a abrir nuestra mente, haciéndonos conscientes de la enorme "diversidad" de seres humanos que habitamos este planeta, con nuestras "diferencias" y a su vez "similitudes", para darnos cuenta al final que nuestra esencia es la misma, que somos mucho más parecidos de lo que podemos imaginar, o lo que es peor, de lo que "nuestra cultura" en muchas ocasiones nos muestra (ideología, política, religión, etc.), incidiendo ésta muchas veces más en lo que nos separa que en lo que nos une.
4º) NOS HACE SENTIR VIVOS, este punto aglutina a los tres anteriores y podemos considerarlo como la conclusión de este análisis. Pues viajar nos obliga, sin nosotros darnos cuenta, a poner el foco en el "PRESENTE", pues por unos días nos olvidamos de nuestra rutina diaria y sólo y absolutamente estamos pendientes de lo que hacemos en ese momento, lo que unido a todo lo bueno y bonito que vemos y aprendemos, contribuyen en nosotros a que nos sintamos más felices.
Para finalizar comentaros que hay un dicho popular que dice "La vida del turista no es fácil", yo le añadiría "pero es VIDA", y vida con mayúsculas, pues incluso cuando nos surge algún imprevisto al que hemos de hacer frente durante el viaje, éste nos ayuda a aprender, lo que a su vez siempre nos enriquecerá como personas.
Y ahora, para todos aquellos que queráis tener acceso a todas las entradas que tengo publicadas en este blog, os dejo a continuación la dirección del mismo:
https://reflexionesdejuanramon.blogspot.com/
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Si señor, así es, totalmente de acuerdo. Qué grande es viajar y cómo perdura en nuestros recuerdos cada trocito vivido en cada viaje. Gran entrada, Juan Ramón.
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