Hoy voy a tratar, creo, un tema interesantísimo, el de la Inteligencia Emocional, pero, ¿Qué es esto de la Inteligencia Emocional?, pues no es otra cosa que una habilidad, y como tal, todos y cada uno de nosotros podemos aprender a desarrollarla (de ahí el título de la entrada).
El concepto fue popularizado por el psicólogo estadounidense Daniel Goleman (07-03-1946) en su libro Inteligencia Emocional (1995), en el que explica que las competencias de autoconocimiento, autodisciplina, persistencia o empatía tienen más importancia para la vida que el Cociente Intelectual (CI). Alude por tanto a la capacidad para reconocer los sentimientos propios y ajenos, implicando cinco capacidades básicas: descubrir las emociones y sentimientos propios, reconocerlos, manejarlos, crear una motivación propia y gestionar las relaciones personales.
Para el autor, los principales componentes que integran la Inteligencia Emocional son:
1.-Autoconocimiento emocional (o autoconciencia emocional)
Se refiere al grado o nivel de conocimiento que tenemos todos y cada uno de nosotros de nuestros propios sentimientos y emociones y cómo éstos nos influyen. Pues es muy importante que seamos capaces de reconocer cuáles son nuestras capacidades y cuáles son nuestros puntos débiles (estaréis conmigo que esto no es fácil verdad).
2.-Autocontrol emocional
Fundamental, pues nos va a permitir reflexionar y con ello, que intentemos controlar nuestros sentimientos o emociones, para no dejarnos llevar por ellos ciegamente.
3.-Automotivación
Nos va a permitir que enfoquemos las emociones hacia objetivos y metas, fijando nuestra atención en las metas en lugar de en los obstáculos.
4.-Reconocimiento de emociones en los demás (o empatía)
Las relaciones interpersonales se fundamentan en la correcta interpretación de las señales que los demás expresan de forma inconsciente, y que a menudo emiten de forma no verbal, esto nos puede ayudar a establecer vínculos más estrechos y duraderos con las personas con las que nos relacionamos (no me digáis que no es interesante, para mí es uno de mis favoritos, lo confieso, me encantaría dominarlo).
5.-Relaciones interpersonales (o habilidades sociales)
Una buena relación con los demás, incluso con aquellas personas que no nos caigan bien, es una fuente valiosísima para nuestra felicidad personal e incluso, en muchos casos, para un buen desempeño laboral.
Cómo resumen de lo anterior podemos decir que las características de la Inteligencia Emocional son: la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los demás.
Una Inteligencia Emocional bien desarrollada puede ayudar a las personas porque, como explica el psicólogo Adrián Triglia (Barcelona, 11-12-1988), en un artículo que publicó en la web de divulgación Psicología y Mente:
1.- Mejora el autoconocimiento.
2.- Protege y evita el estrés y el nerviosismo.
3.- Favorece el desarrollo personal.
4.- Favorece el bienestar psicológico y el equilibrio emocional.
5.- Mejora las relaciones interpersonales y la empatía.
6.- Mejora el rendimiento laboral y la productividad.
7.- Otorga capacidad de influencia y liderazgo.
8.- Aumenta la motivación y ayuda a alcanzar las metas.
9.- Reduce la ansiedad y ayuda a superar la depresión y la tristeza.
10.- Ayuda a dormir mejor.
En la actualidad, la inteligencia emocional se aplica en muchos campos (clínico, organizaciones, deporte, etc.) porque aporta beneficios tanto para la salud mental como para el rendimiento, sea este deportivo, laboral, y para mí el más importante, el personal.