CUANDO TE FUISTE

     

     Esta  entrada  que  comparto con  tod@s vosotr@s  permitidme  que  la  dedique  a  la  memoria  y  como  homenaje  a  mi  abuela  materna,  Ángela  V.  A.  (* 25/01/1924  -  + 20/02/1999), mujer buena, fuerte y honrada, a la vez que humilde y con una sensibilidad extraordinaria, pues el texto que os voy a trasladar a continuación es obra suya, la cual lo escribió para expresar lo que sentía en un momento difícil de su vida, a saber, la pérdida de su hija mayor Ángela M. V. (mi madre), la cuál había fallecido unos años antes a causa del cáncer, un 09 de mayo de 1987, con 39 años de edad.

     El texto manuscrito nos lo trasladó, tanto a mí como a mis herman@s, para que tuviésemos un recuerdo tanto de ella como de nuestra madre, y ahora yo creo que es justo que le rinda este tributo a ella, lo redactó a modo de poesía y dice lo siguiente:

          CUANDO TE FUISTE

          Tu sabes bien hija mía

          el dolor que me causó,

          el verte dejar la vida

          pero así lo quiso Dios.

          Te fuiste pronto como las elegidas

          sin una queja soportando tu dolor,

          pero una voz dulcemente te llamaba

          y en alas celestiales tu alma voló y voló.

          Yo vivo si esto es seguir viviendo

          noches de insomnio, ven a rendir mi sueño

          porque dormida es como puedo soñar,

          sueño que volvemos a estar juntas

          y hasta podemos hablar.

          Hablamos de tantas cosas

          tú te fuiste yo quedé,

          tú me has dejado de herencia

          el regalo de tus hijos,

          orgullo de mi vejez.

          Y cuando vienen a casa

          entran ellos vienes tú,

          yo los miro y los miro

          porque a fuerza de mirarlos

          en ellos te veo a ti.

          El verlos es el tenerte,

          si no los veo un sufrir.

          Son esa luz encendida

          alumbrándome la vida,

          que no la vivo sin ti.

            A.V.  01/12/1994.

    

     Perdonad si el estilo y la manera de redactar no son muy correctas, pero mi abuela nunca fue al colegio, y aprendió a leer y escribir ayudada por su madre y de manera un tanto autodidacta. Aunque lo importante aquí, hay que buscarlo en el contenido, en los sentimientos y emociones que refleja.

¡ MUCHAS GRACIAS ABUELA, MUCHAS GRACIAS MAMÁ,

AHORA JUNTAS EN EL CIELO, YA SI QUE PODÉIS HABLAR !