¡Hola a tod@s!, esta semana quiero compartir con tod@s vosotr@s el tema de esta entrada, que a mí me parece muy curioso e interesante. Y es que estas bienaventuranzas se presentaron ante mí por casualidad, pues tengo costumbre de ir a visitar a un familiar a la residencia de mayores Santa Marta de mi localidad, lugar donde él reside, y un día, cuando dábamos un paseo por las instalaciones de la misma nos encontramos, en el descanso de la rampa de acceso de la planta baja al primer piso, un cuadro mural de grandes dimensiones, en el que se podían leer las mismas.
Nos paramos, se las leí y me hicieron reflexionar, es por ello que hoy os las hago llegar a vosotr@s, como dedicatoria a nuestros mayores y para que nos sirvan de aprendizaje en nuestro trato y comprensión hacia los mismos.
Sin más dilación paso a relacionaros las mismas, que las disfrutéis:
- Bienaventurados aquellos que entienden mi paso vacilante y mi temblorosa mano.
- Bienaventurados aquellos que tienen en cuenta que ya mis oídos tienen que esforzarse para captar las cosas que ellos hablan.
- Bienaventurados aquellos que se dan cuenta que ya mis ojos están nublados y mis reacciones son lentas.
- Bienaventurados aquellos que desvían la mirada con disimulo cuando se dan cuenta que he derramado la taza de café sobre la mesa.
- Bienaventurados los que con una sonrisa alegre me conceden un rato para charlar de cosas sin importancia.
- Bienaventurados aquellos que nunca dicen: "Ya has contado eso dos veces".
- Bienaventurados aquellos que saben arreglarse para traer a la conversación y a la memoria cosas pasadas.
- Bienaventurados aquellos que me hacen comprender que soy amado y que no estoy abandonado y solo.
- Bienaventurados aquellos que comprenden que me cuesta mucho encontrar la fortaleza para llevar mi cruz.
- Bienaventurados los que me facilitan el paso final a la Patria Celestial, con amabilidad y buenas formas.
¡ DEDICADO A TOD@S NUESTR@S MAYORES !
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