Sí, pues esta capacidad, todos sabemos, está muy desarrollada en los niños, debido a que para ellos todo es nuevo, y la cosa más "natural" o "sencilla" se torna en algo extraordinario y sorprendente.
Sin embargo, nosotros los adultos, a medida que crecemos vamos perdiendo esta capacidad de asombro, pues nuestra vida se va transformando, vamos adquiriendo responsabilidades y, con ellas, dejamos de lado nuestro aspecto más natural y espontáneo. Podemos afirmar que nos alienamos, centrando nuestra atención en el estrés diario que genera en nosotros nuestro trabajo, o la falta del mismo, así como todo tipo de preocupaciones personales o familiares.
Pues bien, hoy os voy a trasladar un "ejercicio o actividad" para que volvamos a desarrollar nuestra capacidad de asombro. Es sencillo, en cierto modo se trata de volver a ser un poco "niños", la base radica en centrar toda nuestra atención en lo inmediato, en el presente, es un ejercicio de observación que seguro nos reconfortará, a saber:
La actividad consiste en salir a caminar a un espacio natural, alejado de los núcleos de población, esto es, al campo, aunque si no disponemos de esa posibilidad podemos dirigir nuestro pasos a un parque próximo a nuestro domicilio.
Una vez hemos comenzado con el paseo o caminata hemos de tratar en todo momento de escuchar a la naturaleza, pronto observaremos que el ruido de la ciudad da paso a un silencio relajante, sólo roto por el canto o trino de los pájaros, por el sonido del viento meciendo las ramas de los árboles, etc.
Recordad que durante toda la actividad hemos de centrar nuestra atención en lo inmediato, por ejemplo, en la acuarela de colores que forma la luz solar con los distintos árboles o plantas que nos encontremos, las flores saludándonos a nuestro paso, los diferentes animales que veamos, sean gorriones, palomas, golondrinas, ardillas, etc., observemos por un momento su comportamiento en libertad.
Si este ejercicio lo hacéis bien, os aseguro que pronto tomaréis conciencia de la grandiosidad del equilibrio natural, del que vosotros, en ese momento, formáis parte como un elemento más, en armonía y equilibrio con la naturaleza, y experimentaréis una sensación de plenitud y dicha difícil de explicar con palabras.
Normalmente si salimos a pasear lo hacemos pensando en nuestras preocupaciones. Pues NO, eso es lo que hemos de cambiar, centrémonos en nuestro entorno y os aseguro que el paseo será muy diferente y por supuesto, mucho más gratificante que los que hasta ahora habíamos realizado, ya nada será igual, os lo garantizo, nuestro nivel de estrés bajará.
Yo la he puesto en práctica y durante el desarrollo de esta actividad, ha habido momentos en los que he pensado, "esto es la felicidad". Y no sólo lo he pensado sino lo más importante, me he sentido feliz de estar en ese lugar en ese preciso momento.
Ahora ya lo sabéis, es vuestro momento,
centrad vuestra atención y sentidos en lo inmediato
y vuestra capacidad de asombro no tendrá límites.
Gracias por el consejo. ¡¡¡A asombrarnos, se ha dicho!!!
ResponderEliminarY al paso, a relajarnos, que falta nos hace...