Para alcanzar la paz interior y estar en armonía con la vida a pesar de las dificultades, el secreto está en nosotros, en nuestro interior, y no en agentes o factores externos, que si bien en ocasiones pueden ayudarnos, en otras muchas nos decepcionarán.
La meditación es una herramienta que podemos utilizar para serenarnos y aquí os voy a trasladar unos conceptos básicos para ponerla en práctica.
Meditar es escuchar tu diálogo interior y ser capaz, si éste es demasiado negativo, de lograr reconducirlo, para ello la respiración juega un papel muy importante, pues nos ayuda a conectar la parte emocional con la mental proporcionando calma, para lograrlo la expiración ha de ser el doble que la inspiración.
Una persona puede estar rodeada de circunstancias muy adversas y aún así tener paz interior, siendo los fundamentos básicos para ello los siguientes:
- Aceptar.- ser capaz de aceptar la vida como viene intentando solucionar aquello que esté en nuestra mano y no resistirnos a lo que no podamos arreglar, a lo que no dependa de nosotros.
- Ser paciente.- la paciencia es una virtud que sin duda contribuirá en la consecución de tus objetivos. La precipitación y el nerviosismo nunca traen nada bueno.
- No juzgar.- ser capaces de no juzgar a nadie ni a nada. Un acto difícil de llevar a cabo en nuestros días, pero muy necesario para nuestro equilibrio mental.
- Tener mente de principiante o de aprendiz.- curiosidad por aprender y enriquecer nuestros conocimientos, al igual que los niños.
- Confiar.- en nosotros mismos y en que aquello que nos suceda o preocupe se solucionará.
- Dejar ir.- soltar lo que no nos hace bien, sea una adicción, un trabajo, etc.
- No forzar.- esto último tiene relación con ser paciente para dejar que las situaciones se den y evolucionen a su ritmo y tiempo.
Teniendo presentes estos factores tanto a la hora de meditar como en todas las áreas de nuestra vida, sin duda lograremos alcanzar un estado de plenitud que nos satisfaga y contribuya a hacernos la vida más "fácil".