Comienza un nuevo día, abres los ojos y piensas "sigo vivo", te levantas de la cama mentalizándote para afrontar todas las batallas que el día te traerá, y confiando en tener la fortaleza primero para ser capaz de afrontarlas y después deseando que éstas no sean demasiado complicadas y se resuelvan con bien.
Hora de acostarte a descansar, cierras los ojos y tu mente se aquieta, durante las próximas horas "no estás presente y consciente", el descanso del guerrero de la vida ha llegado, y tú lo disfrutas confiando que cuando vuelva a amanecer y comience un nuevo día, volverás a abrir los ojos dispuesto a luchar de nuevo con energías renovadas.