LA VIDA: lucha constante, guerra incesante. PARTE PRIMERA

     Desde el momento en que nacemos, incluso antes, desde que somos engendrados, nuestra vida bien puede ser comparada, sin ánimo a equivocarnos, con un estado continuo de "GUERRA", con una lucha constante por la supervivencia.

     En cualquier guerra, una de las características principales es la existencia de dos bandos enfrentados.

     A lo largo de una guerra se suceden o libran una serie de batallas que, unas veces gana un bando y otras el otro hasta que se llega al desenlace final, que es la victoria de un rival sobre el otro, bien por medio de la rendición de éste último o por su total aniquilación. Pues bien, el ser humano, por su naturaleza finita, desde el momento en que es engendrado, comienza su particular "guerra", cuyos bandos van a ser, por un lado su "vida", y por el otro "la muerte".

       En nuestro caminar por la vida, como en cualquier "guerra", pasamos por periodos de "batallas" o "luchas", por ejemplo frente a enfermedades, accidentes o preocupaciones en general, estando la mayoría de las veces detrás de estas "batallas" la sombra de "la muerte". Y, como en cualquier guerra, también atravesamos momentos de "alto el fuego", de "paz relativa", de "tregua", pero siempre siendo conscientes que en cualquier momento puede iniciarse otra "batalla", otro enfrentamiento contra nuestra enemiga "la muerte".

     En esta comparación que estoy realizando, si hay una diferencia fundamental entre "la guerra común o convencional" y "la guerra entre la vida y la muerte" que libra todo ser humano, ésta es que en la guerra común o convencional nunca puede saberse, a ciencia cierta, que bando será el vencedor final, mientras  que  en  "la  guerra  entre  la  vida  y  la  muerte",  el  ser humano es consciente de que la vencedora final será, siempre, "la muerte".

     Por ello, el mayor afán del ser humano es intentar vencer a "la muerte" en el mayor número de "batallas", esto es, conseguir que "la guerra entre su vida y la muerte" sea lo más larga posible. Ésta última es otra diferencia con la guerra convencional, pues en ésta los contendientes siempre pretenden que la guerra dure lo menos posible.

Si quieres continuar leyendo sobre este tema, a continuación tienes el enlace:

LA VIDA: LUCHA CONSTANTE, GUERRA INCESANTE. PARTE FINAL 

LA EXISTENCIA: PARTE FINAL

     A modo de conclusión decir que, a estas alturas de exposición continúo como al principio, sin poder responder a las preguntas esenciales: ¿Porqué vivimos?, ¿Qué hacemos aquí?, ¿Cuál es nuestra misión en este mundo?, etc.

     Hay personas que estas respuestas las buscan y las encuentran en la Religión, pero para mí, aunque creyente, no es suficiente, ya que dejamos de lado "la Razón" para dar cabida a "la Fe", alejándonos por tanto de todo aquello que pueda ser plausible o demostrable empíricamente.

     En fin, todo este análisis, aunque como ya he mencionado no aporte una solución a las cuestiones iniciales, al menos ha servido para calmar en cierto grado la "inquietud" que me embarga y desbloquear el "colapso" de mi mente. Siempre se ha dicho que sacar fuera lo que uno siente sirve de desahogo y relaja el organismo; por lo tanto continúo, sin darme por vencido, buscando respuestas, con la esperanza e ilusión de, en algún momento, llegar a encontrarlas.

     NOTA: Dirigido a todas las personas que como yo, se cuestionan ¿El porqué? y ¿Para qué? de nuestra existencia sin encontrar una respuesta clara.

 Y ahora, para todos aquellos que queráis tener acceso a todas las entradas que tengo publicadas en este blog, os dejo a continuación la dirección del mismo:
https://reflexionesdejuanramon.blogspot.com/

 

LA EXISTENCIA: PARTE SEGUNDA

     Expuestos los distintos tipos de mentalidades o formas de ver la vida con los que me he encontrado (podrá haber muchos más), a continuación intentaré dar una explicación siempre subjetiva, de los pros y contras de cada uno de ellos.

     

     Empezando con las personas que presentan una mentalidad de "conformidad" en estos temas trascendentales, desde mi punto de vista estas personas puede que estén "más cerca de la felicidad" que las de las otras mentalidades, ya que por ejemplo no aparece en ellas el sentimiento de inquietud propio de las de mentalidad de "conocimiento". Son capaces de vivir sus vidas con conformidad y ésta conformidad no trae otra cosa que tranquilidad de espíritu o emocional, pero por otro lado, sólo ven la parte visible del "iceberg" (sus propias vidas), sin darse la posibilidad de poder llegar a descubrir el resto de lo que metafóricamente he dado en llamar "iceberg" (la existencia).

     Las personas con mentalidad de "resignación" han sufrido en algún momento de sus vidas la "inquietud" propia de las personas con mentalidad de "conocimiento", pero esta "inquietud" la han "superado", valga la paradoja "rindiéndose", es decir: "resignándose" y asumiendo que no conocerán más allá de la parte visible del ya mencionado "iceberg". Concluido este proceso, estas personas, a diferencia de las de mentalidad "conforme", al vivir sus vidas resignadas suelen vivir próximas a un estado de aceptación forzada de su situación ("esta es la vida que me ha tocado vivir, que le voy a hacer"), para ellas la felicidad es una sensación que en muchas ocasiones les es distante.

     Por último estamos aquellos que, con nuestra necesidad de "conocimiento" y la "inquietud" que ella nos genera, aún no obteniendo respuestas satisfactorias a las preguntas sobre la existencia humana, no nos resignamos, porque algo dentro de nosotros nos dice que la parte no visible del "iceberg" existe y que ésta es mucho más grandiosa que la parte que vemos en superficie. En nuestro camino por la vida hay pocos momentos en los que alcanzamos un estado de tranquilidad emocional o espiritual, por lo que la "felicidad" muchas veces nos es lejana, pero esto se complementa en cierto modo en que cada vez que descubrimos algo nuevo o damos respuesta a alguna de las muchas preguntas que nos hacemos, nuestra satisfacción es plena (por un momento), pues somos conscientes de que hemos visto parte del "iceberg" que otros ni siquiera han mirado o saben que existe.

Continuará...

LA EXISTENCIA: PARTE PRIMERA

   

   
     En la sociedad actual el ser humano tiende a situarse el primero en el desarrollo evolutivo, "la especie dominante", argumentanto para defender este hecho que lo que nos da ventaja frente al resto de especies es "la razón". El ser humano se considera el ser supremo sobre la Tierra, e incluso para un porcentaje muy alto de la población también lo es del Universo.

     Pues bien, sirviéndonos de esta "razón" que parece nos caracteriza y reflexionando profundamente sobre "el hecho de nuestra existencia", y aún aceptando la premisa expuesta en el primer párrafo, no dejan de surgirnos dudas al respecto, a saber: "somos limitados", nuestra existencia tiene fecha de caducidad, pues ¿qué son por ejemplo 80 años, ó 70, o incluso menos en la historia de la humanidad?.

     Dejando aparte la duración de nuestra vida, ya de por sí corta, aparece una "inquietud mayor": ¿El porqué de nuestra existencia?, ¿Qué hacemos aquí?, ¿Cuál es nuestra misión o destino?. Preguntas todas ellas lógicas a poco que nos paremos a reflexionar, así como a su vez de difícil respuesta.

     En un intento por aportar algo de luz ante estas cuestiones, distinguiré los distintos tipos de "mentalidades" que, a mi modo de ver, existen en nuestra sociedad:

     1ª.- Mentalidad de "Conformidad".- caracteriza a quellas personas que, ante el tema que nos ocupa, simplemente no se lo cuestionan, para ellas no cabe la pregunta ¿Porqué existimos? sino simplemente la afirmación existimos, y cada una de ellas intenta vivir su vida de la mejor manera posible.

     2ª.- Mentalidad de "Resignación".- las personas encuadradas en este tipo, a diferencia de las de mentalidad de conformidad, sí que en algún momento de su vida se han planteado las preguntas esenciales de este tema ¿Porqué existimos?, ¿Qué hacemos aquí?, etc. Pero ante la imposibilidad de encontrar respuestas satisfactorias a las mismas, adoptan una actitud de resignación. No sé que hacemos aquí ni cuál es nuestra misión, por lo tanto, olvido o aparco estas reflexiones y asumo mi existencia tal cual es.

     3ª.- Mentalidad de "Conocimiento".- En este último tipo me sitúo yo mismo, nos caracterizamos por tener una "mente inquieta", que no descansa, con una necesidad constante y permanente de conocer o aprender cosas nuevas. Pero esto que a priori podría parecer muy positivo y bonito, no lo es tanto cuando intentamos buscar explicaciones racionales a preguntas como las que nos ocupan.

     Ante la dificultad de encontrar respuestas convincentes a estas preguntas, nuestra mente sufre cierto "colapso", generando un alo de inquietud en nuestras vidas.

     Para continuar leyendo sobre esta trilogía, pulsa los siguientes enlaces:

LA EXISTENCIA: PARTE SEGUNDA

LA EXISTENCIA: PARTE FINAL