Esta semana, nuevamente os traslado información de interés que está llegando a mí desde el Curso de Formación de Calidad Personal que estoy realizando, confío que sea de vuestro agrado o que al menos os haga reflexionar.
Se trata de dos tipos de comportamiento que cada uno de nosotros podemos adoptar en la vida: uno la proactividad, la toma de iniciativa; otro, pensar y querer que otros tomen la iniciativa por nosotros (la reactividad).
Lo más importante que debemos conocer es que todos y cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan. Una vez interiorizado esto podemos avanzar en el conocimiento del tipo de comportamiento más característico que tenemos cada uno, que puede ser o reactivo o proactivo:
Las personas reactivas se centran en sus preocupaciones, de esta forma surgen sentimientos de culpa y de impotencia. Se trata de una miopía emocional auto-infligida, un estilo de vida reactivo centrado en su círculo de preocupación.
Por contra, las personas proactivas se centran en su círculo de influencia. Amplían y aumentan las cosas que pueden hacer. El cambio proactivo va de dentro hacia fuera. Dentro de nosotros está el clima psíquico y social, la felicidad y la aceptación de las cosas.