VIDA EN LAS PROFUNDIDADES

 

     ¿Qué ocultan nuestros mares y océanos?, para los humanos esta inmensa parte del globo terráqueo se encuentra inexplorada, siendo nuestras limitaciones, tanto físicas como tecnológicas, las que nos impiden aventurarnos a descubrir aquello que habita en las profundidades.

     Desconocemos gran cantidad de especies cuyo hábitat se circunscribe a las aguas profundas, ¿cómo será la vida a 7.000, 8.000 o más metros de la superficie?, ¿quién sabe?.

     Lo que si podemos hipotetizar es que, si nos fijamos en el orden natural que impera sobre la tierra, observamos que existe un equilibrio entre las diferentes especies (dejo de lado aquí la intervención humana y los desequilibrios que ocasiona).

     Por esto mismo podemos presuponer que en las profundidades de nuestros océanos este orden y equilibrio existe igualmente, y probablemente más puro que en la superficie, debido precisamente a la baja o nula influencia de los humanos sobre este hábitat.

     La naturaleza en su estado más primigenio se encuentra precisamente allí donde los humanos no somos capaces de llegar, establecernos e influir.

     Estoy convencido de que la vida subacuática de las profundidades, si llegásemos a conocerla en su totalidad, nos asombraría.

     De momento tan solo podemos recurrir a la ciencia ficción para mostrarnos historias que se desarrollan en el interior de nuestros mares, bien sean "civilizaciones subacuáticas desarrolladas con un cierto orden social", o con "seres poco menos que mitológicos que reinan en las profundidades".

     Más, para finalizar esta reflexión me quedo con una frase que he escuchado mucho, y no es otra que:

 "La realidad supera la ficción"

Queda todo dicho y me pregunto:

¿Qué habrá ahí abajo?

CUANDO VIVIR DUELE

      Hay momentos en la vida en los que hasta lo más básico del día, como es levantarse de la cama, cuesta horrores.

     Cuando sientes que por mucho que te esfuerzas en afrontar los problemas, notas que éstos te oprimen de tal manera que pueden llegar a asfixiarte. Y tú sigues batallando cada vez con menos fuerza, y el desánimo inunda tu ser, no encuentras salida a tu situación, te quieres rendir y que todo acabe.

     Tu mente te oprime al extremo de nublarte la razón y es que te encuentras al borde del precipicio, del colapso total, nada tiene sentido, la esperanza se esfumó y te sientes sólo. Y en tu soledad los demonios te acechan, te golpean y destruyen un poquito más.

     Y es en ese momento cuando tomas conciencia de que vivir duele, y mucho.

     Más, será por el instinto de supervivencia que tú sigues aguantando y soportando ese dolor, un día y otro día y te preguntas: "¿Hasta cuándo?". Y rezas y pides una señal que te anime a continuar hacia delante para no desfallecer, una señal que te haga creer que ese dolor que sientes va a aflojar, y que tú mejorarás y volverás a ser el que fuiste tiempo atrás, cuando la vida no te dolía, quizás porque no te había golpeado con fuerza, o quizás porque en aquel entonces tú encajabas mejor los golpes que ésta te propinaba.

¡Y es que vivir duele, más quiero vivir!

A VICTORIA LE GUSTA BAILAR

      A Victoria le gusta bailar, le hace sentir bien, cuando baila se libera, se relaja y se olvida por momentos de su complicada vida, pero de un tiempo a esta parte baila poco, pues una fractura de tobillo le impide danzar como solía hacerlo y su estado de ánimo a raíz de ello se ha resentido.

     Su complicada vida continúa igual o peor incluso desde su lesión, pues ella piensa que nada mejora y todo empeora y se pregunta: "¿Por qué a mí?, ¡que en esta vida tan difícil y la única actividad que me proporcionaba cierta satisfacción como es el baile ya no pueda realizarla!".

     Victoria siempre había sido una mujer optimista y ahora, por primera vez en su vida, se encontraba próxima a entrar en un estado de depresión ciertamente preocupante, pues convivía con cierta ansiedad y tristeza que hacían muy difícil su día a día.

     Ella, una mujer luchadora y valiente se dio cuenta que estaba tocando fondo y fue entonces cuando decidió pedir ayuda especializada, comenzando a asistir primero ocasionalmente y luego con regularidad a terapia especializada.

     A partir de entonces y a pesar de que su difícil situación personal continuaba igual, muy poco a poco Victoria fue cambiando la manera de ver y afrontar su realidad. Dejó de preguntarse: "¿Por qué a mí?" y comenzó a interiorizar la frase: "Todo va a mejorar" que se repetía continuamente cuando notaba ciertos momentos de debilidad, y notó que esto le hacía bien, la ayudaba a sobrellevar su situación de mejor forma.

     Y volvió a escuchar su música favorita, y volvió a bailar, primero moviendo sólo la parte superior de su cuerpo y con el tiempo, conforme la lesión de tobillo fue mejorando, con todo su ser.

          Todos atravesamos momentos de desconcierto y angustia en nuestra vida, el caso de Victoria es uno más, seamos capaces de sobrellevar estos duros momentos de crisis con fortaleza y enfoque positivo para poder superarlos y volver a sonreír.