"El desafío del futuro desconocido
es mucho más emocionante que las
historias del pasado consumado"
- Simon Sinek -
¡Quién sabe que nos deparará el futuro!, esa es la esencia del mismo, la incertidumbre, y eso es lo que le otorga emoción y genera expectativas en aquél que se adentra a imaginar cómo será.
Pues dependiendo de cuál sea su situación de partida, así como su personalidad, podrá hipotetizar por un futuro más o menos positivo, pero sólo eso.
Más, cuando el futuro comienza a virar de lo desconocido a ser algo más "previsible" por cómo se suceden los acontecimientos presentes, la tónica detonante que comienza a coger fuerza es la inquietud.
Y, si éste futuro "previsible" adquiere tintes negativos de caos, destrucción y decadencia, puede generar en las personas además de la inquietud y preocupación ya mencionadas, una de las emociones más primaria y universal, el miedo, y esto no es bueno, pues ésta emoción, si se desborda, puede llegar a paralizar a aquella persona o sociedad que la sufre.
Hemos de esforzarnos para ser capaces de mantener el miedo bajo control, y así lograr utilizarlo a nuestro favor evitando que nos bloquee o peor aún, que nos haga entrar en pánico.
De ese modo lograremos estar alerta y ser capaces de reaccionar ante la incertidumbre y aquello que nos acontezca de una manera serena y calmada, para de esa forma poder adaptarnos a ese futuro incierto cuando se convierta en presente.